Si que se las hizo Moisès Lòpez a sus compañeritos arpistas. Se hizo la vìctima de sus enemigos ocultos tras paskines y todos estuvieron al tanto de su voceada renuncia. Finalmente , el mono en medio de risas resultò ratificando su postulaciòn y EL DOMINGO 6 DE JUNIO ganó las elecciones internas supuestamente con 285 votos.
Asi muchos respiraron tranquilos y los empresarios seguramente tambièn. Ah…y algunos colegitas celebraron a rabiar…”Llorando se fue la que pudo ser mi oportunidad” cantan los que creyeron en la jugada electorera del ex Vicepresidente regional.
Una preguntita inocente señor candidato: ¿Cuànto lleva invertido hasta ahora como precandidato?..Unos 50 mil nuevos soles, ..o 100 mil nuevos soles…¡¡el que puede puede y el que no mira.¡¡ ¿Esta fuerte la billetera o los empresarios amigos ya le estàn asegurando obras?
Asi muchos respiraron tranquilos y los empresarios seguramente tambièn. Ah…y algunos colegitas celebraron a rabiar…”Llorando se fue la que pudo ser mi oportunidad” cantan los que creyeron en la jugada electorera del ex Vicepresidente regional.
Una preguntita inocente señor candidato: ¿Cuànto lleva invertido hasta ahora como precandidato?..Unos 50 mil nuevos soles, ..o 100 mil nuevos soles…¡¡el que puede puede y el que no mira.¡¡ ¿Esta fuerte la billetera o los empresarios amigos ya le estàn asegurando obras?
LAS MAÑAS Y LOS COSTOS ELECTOREROS.
ResponderEliminarQuien no está enterado que las campañas políticas de los candidatos son costosas; por lo que podemos clasificarlos en dos clases de candidatos o precandidatos para autoridades; los que trabajan y tienen dinero y los que no trabajan y no cuentan con dinero; entre ambos casos existen abismales diferencias.
Refirámonos al candidato con dinero, es el candidato que gasta todo hasta quemar el “último cartucho”; aquel que gasta cantidad de recursos económicos, como quien dice “hasta por los poros”– por algo será – Sin embargo, es cierto que este despilfarro económico no le garantiza ganar una elección; hay otros considerandos a tomar en cuenta – “la población no es tonta, se da cuenta de la maña económica”.
Hay a los que los costos del abultado presupuesto preelectoral es poco significativo en cuanto a la “inversión” que significa llegar a ser autoridad – “la política es para servir y no para servirse de ella, “pongo una aguja y saco una barreta” – y probablemente no les causa desbalance en su patrimonio acumulado y sustantivo. Sin embargo lo aportan todo, es decir financian sus campañas como quien dice, “de PE a PA sin dolor” y para ello cuentan con los famosos apostantes.
El origen de parte del dinero puede ser de su actividad empresarial, o profesional; – léase, griferos, pesqueros, comerciantes, abogados, médicos, arquitectos, ingenieros y otros – aportes “desinteresados” del candidato principal y de los acompañantes de candidatura – generalmente lícitos – o una mezcla financiera, que incluye dinero proveniente de fuentes oscuras y vedadas para la política y la sociedad - generalmente quedan en la oscuridad al pasar desapercibidas una vez terminado el alboroto electoral.
Hay aquellos que reciben dinero de apostantes interesados, o simplemente sirven de excusa para que los “lobos vestidos de ovejas” saquen réditos de la política (Léase, los candidatos). En ese sentido, los apostantes en muchos casos solo aparecen de nombre y se comportan como verdaderos fantasmas – el dinero sale de fuentes oscuras – En otras palabras “blanquean el dinero en las campañas”.
Los hay también aquellos re eleccionistas que financian sus campañas con los dineros del pueblo - robo escandaloso, cúmulo del famoso diezmo, y otros negocios estatales relacionados – lógicamente maquillan su acción diciendo: que los famosos amigos apostantes financian sus gustos, e incluso se dan el lujo de comprar equipos de futbol y su hinchada con estos supuestos fondos, llegando al colmo de regalar hasta 5 mil entradas para que los hinchas vayan a ver perder al equipo del pueblo.
Otros “obtienen recursos económicos en especies”, generalmente logística – carros, gasolina, pintura, papelería, etc. - y de recursos humanos que cumplirán las labores de operadores políticos de base y organización. Esta figura se da, cuando hay de por medio un cargo de poder y el famoso tráfico de influencias – generalmente están en este grupo los re- eleccionistas que convierten a las instancias gubernamentales en agencias de empleo pro campaña.