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jueves, 20 de mayo de 2010

¿ CARCEL O LOCAL PARTIDARIO?




EL INGENIERO DE LA DIROES
La revelación que CARETAS hizo la semana pasada trajo una cola tan larga como la de los simpatizantes que esperaban visitar al ex presidente. La evidencia de la cantidad de éstos llegó al punto que el propio jefe del INPE, Rubén Rodríguez Rabanal, reconoció en RPP el viernes 14 que el ex presidente ha llegado a recibir 180 personas en un solo día. Añadió además que su institución no tenía derecho a supervisar lo tratado durante las visitas, lo que facilitaría el “adoctrinamiento” político de dirigentes populares denunciado por esta revista.

Luego de una serie de declaraciones contradictorias por parte de miembros del gobierno, el presidente Alan García marcó la pauta a seguir esa misma mañana de viernes:

“Está bien que las personas visiten a una persona detenida, uno puede recibir a sus amigos, familiares, sus parlamentarios”, reflexionó. “Pero que eso se convierta en una manifestación o adoctrinamiento, es un exceso, demasiado. No hay que abusar de ello”.

Rodríguez Rabanal y el ministro de Justicia, Víctor García Toma, responsabilizaron en un principio de los hechos al director de la Diroes, Coronel PNP Edinson Salas Zúñiga. Éste devolvió la pelota y retrucó que el control está a cargo del INPE, que incluso cuenta con un acceso independiente hacia la calle por la puerta Nº 2. El ministro del Interior, Octavio Salazar, añadió que “lo que hace la Policía es el resguardo exterior. La administración interna no está a cargo del Ministerio del Interior ni de la Policía Nacional”.

Al final, el ministro García Toma anunció que el flujo de visitantes será más controlado y que no excederán de 15 al día. Como tratando de calmar las aguas, la congresista fujimorista Luisa María Cuculiza declaró que el líder condenado a 25 años “no va a tener ningún problema en recibir menos gente, pero eso es una demostración más de que la gente lo quiere, porque pese a estar lejos de ellos tratan de saludarlo”. Cuculiza negó que Fujimori viva en una cárcel dorada.

“Hasta el reo más común tiene teléfono público y por qué el presidente no lo va a tener”, preguntó. “En la Diroes no hay teléfono público. Son comentarios que están fuera de sitio. Como ven que Keiko sube, sube y sube en las encuestas, tratan de tumbarla políticamente”.

Pero las muestras fotográficas y de video presentadas en la presente edición demuestran que Fujimori no solo recibe ingentes cantidades de visitantes, sino que también reina y manda a su gusto en la Diroes. En las imágenes captadas el lunes 10 de mayo, se le observa discutiendo con el maestro de obras que supervisa las obras de pavimentación del espacio que el ex presidente planea destinar como parqueadero de su centro de reclusión, donde sus visitantes podrán estacionar sus vehículos.

El primer cuestionamiento es obvio: ¿Por qué Fujimori, que es al fin y al cabo un sentenciado, puede proponer y supervisar modificaciones en su centro de reclusión?

La segunda observación refuerza la idea de la Fuji-Farsa. El régimen penitenciario otorgado a Fujimori hace casi dos años es mucho menos severo que el primero que le impusieron (CARETAS 2129). Pero aún así establece que, entre las seis de la mañana y las seis de la tarde, el interno solo puede moverse entre la celda, los pasadizos y el patio. A partir de entonces, y hasta las nueve de la noche, se le permite caminar por su celda y los pasadizos. El cierre de la celda es a las nueve de la noche.

Aquí Fujimori aparece a unos 33 metros de su celda, coordinando obras a aproximadamente 20 metros de la puerta trasera del fundo Barbadillo. Aquella por la cual CARETAS capturó las fotografías publicadas la semana pasada, por la que ingresan los muchos visitantes del ex presidente.

Para el fiscal Avelino Guillén, que participó activamente durante el juicio contra Fujimori, “la Diroes funciona como un local partidario y eso no es permitido en ningún país del mundo. Depende del ministro de Justicia cesar con esta burla al país”.

Esta situación es suficiente para plantear otras preguntas sobre materias investigadas periodísticamente en los últimos días:

¿Se cierra la celda a las nueve de la noche?

¿Fujimori recibe visitas por fuera del horario, bien entrada la noche, que son registradas en un segundo cuaderno de ocurrencias?

¿El INPE tiene el control de lo que ocurre dentro de las instalaciones policiales, incluidas las modificaciones practicadas?

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