La voz del ex director del FMI. Michel Camdessus asegura que urge emprender una reforma del sistema financiero mundial, si no queremos una nueva crisis global.
Omar Mariluz.
La crisis financiera desatada el año pasado en la aldea global de la economía dejó varias lecciones que aprender, especialmente en aquellos que por décadas mostraron una férrea oposición a aplicar cualquier tipo de regulación sobre una comunidad que terminó chamuscada por el fuego de la ambición.
Ayer, en su rápida visita al Perú, el ex presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Michel Camdessus reconoció que la desregulación financiera que imperó en el mundo desde los años ochenta fue la causante de “la peor crisis que ha vivido la aldea global en los últimos ochenta años”.
Las declaraciones de Camdessus no dejan de sorprender, si recordamos que justamente fue este organismo multilateral el que en épocas pasadas enarbolaba la no presencia del Estado en los mercados y hasta con bríos de “ingenuidad” aseguraba que los actores económicos se autorregularían.
Nunca existió autorregulación
La historia demostró que no existe la autorregulación y que la ambición por el dinero dirigió siempre las acciones de las grandes empresas. Por lo menos así lo reconoció el ex presidente del FMI durante su ponencia “Causas y perspectivas de la crisis global”, presentada ayer en la Universidad del Pacífico.
“Habían dejado instaurarse la cultura del ganar más para consumir más, eso se había convertido en la razón de ser dominante. El ser humano se había reducido sólo a su función económica, el consumo se transformó en estímulo de la codicia. Todos nos sometidos a esa cultura, a la que nuestros países se habían dejado sumergir y yo me incorporo a ese todo”, manifestó.
Crisis profunda y enraizada
Pero Michel Camdessus fue más allá y advirtió que el origen de la crisis es más profundo y más enraizado. Graficó su explicación a través de ese monstruo mitológico de siete cabezas contra el que luchaba Hércules. Él prevé que la aldea global luchará de igual forma contra la pobreza mundial, el cambio climático, y las crisis multilateral, alimentaria, energética y cultural.
De todas ellas, la que más lo mortifica es la cultural o ética. Y es que asegura que la crisis solo se puede explicar en un contexto en el que la seducción del dinero fue tal, que produjo ceguera colectiva y desarmó todo intento regulatorio sobre el sistema económico.
Camdessus no es el primero en reconocer la necesidad de una mayor presencia del Estado. Francis Fukuyama, el famoso politólogo que afirmaba que la política neoliberal se impondría a todas las utopías ideológicas, también en visita reciente al Perú comentó que el crecimiento económico debe ser complementado con el desarrollo de las instituciones y con un rol más preponderante del Estado.
El origen del fuego que incendió la aldea no ha desaparecido y Camdessus advierte que mientras no se realicen las reformas de fondo, corremos el riesgo de vivir, en cualquier instante, un incendio con consecuencia seguramente más graves.
Datos
G-20. Saludó las recientes declaraciones del G-20 (grupo que reúne a los 20 países más poderosos del mundo), que hace solo unos días concluyó que “no debe haber ningún sector financiero sin reglas, sin ningún control o sin supervisión”.
Seminario. Camdessus también dictó en la noche la conferencia “Globalización, gratuidad y solidaridad en el mundo de hoy”, en el auditorio del Colegio de Jesús.
No se debe crecer con desigualdad
1] El ex presidente del FMI reconoció el buen desempeño que en los últimos años alcanzaron los países emergentes y en especial los de América Latina. Pero lamentó que ese exponencial crecimiento macroeconómico no haya sido acompañado con una reducción de los niveles de desigualdad, que aún impera por esta parte del mundo.
2] ”Es tarea primero del Estado reducir la pobreza, mejorar las condiciones de vida de los menos favorecidos y reducir la desigualdades. Eso debe estar al centro de su estrategia porque América Latina no puede crecer y conformarse en ser el continente más desigual del mundo”, comentó.
3] Camdessus también invocó al sector empresarial a desarrollar con mayor énfasis la Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
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