Los hombres y mujeres que dedican sus afanes a la promoción y defensa de los derechos humanos y de la democracia, han dado un paso al frente, en forma decidida, para impedir la regresión a la larga noche de la mafia política y la corrupción agazapada tras una sonrisa, un hipócrita pedido de perdón, un juramento dudoso y un repudiable aparato mediático.
Al presentar la campaña “Fujimori nunca más” han dado un ejemplo de estatura moral a los periodistas sin ética ni vergüenza que forman un histérico coro contra el cambio y se comportan como celestinos de la destrucción de la democracia en aras de los corruptos privilegios de sus patrones y de los empresarios mercantilistas –que no todos ni la mayoría- empeñados en imponer el triunfo del crimen y la inmoralidad como forma de gobernar y someter a los peruanos.
La campaña congrega a activistas humanitarios, periodistas, artistas e intelectuales de impecable prestigio que, como el nombre de la campaña lo indica, apelarán a la conciencia ciudadana al pedirle que el 5 de junio no voten por la candidata de la mafia Fujimorista. En el supuesto negado que fuera elegida, han advertido, ello significaría “un suicidio moral” para el Perú porque ella representa a su progenitor, el más corrupto de los presidentes peruanos y el sétimo más ladrón en el mundo.
También se han sumado a la cruzada cívica y patriótica las víctimas de las violaciones de derechos humanos, los familiares de los muertos y los desaparecidos en las matanzas por las que está preso el padre y mentor político de la candidata, las mujeres esterilizadas por una criminal política masiva que fue el mayor atentado contra las mujeres que recuerda la historia del Perú.
Se trata de peruanos de bien que han sufrido en carne propia la barbarie dictatorial y que dan fe, por tanto, de la gravedad de su regreso para la patria; se trata de gente de bien que no quiere el horror nunca más y que sabe valorar la democracia y la necesidad de defenderla para legar a las generaciones venideras una patria mejor, donde prime el respeto al derecho ajeno.
Ellos se yerguen como barrera moral y principista frente al tenebroso Plan Sábana que, como denunciamos en esta edición, está ingresando en su segunda etapa de mentiras, manipulaciones y excesos del poder mediático; contraste que expresa claramente el dilema de los electores: o la democracia, la paz y los derechos humanos, o el poder del dinero, el crimen y la corrupción que conspiran contra la democracia.
El pueblo sabrá elegir, porque cada vez es más difícil manipularlo y engañarlo con burdas maniobras tras las cuales se ven las negras manos del gobierno y los demás conspiradores que buscan torcer la voluntad popular.
Fuente: DIARIO LA PRIMERA
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