Han hecho muy bien el presidente electo y su partido, Gana Perú, en no ceder a la arrogante exigencia de los derrotados en la elección del pasado domingo, de que no solo diga de inmediato quienes serán sus ministros y otros altos funcionarios del sector económico, sino que nombre a quienes son del agrado de ellos, al extremo que hasta le han dado nombres de gente “confiable”.
Con tranquilidad y serenidad, el ganador inobjetable de la elección del pasado domingo simplemente ha dicho que en su momento designará a su gabinete ministerial, mientras sus colaboradores han dejado en claro que no hay plazos para ello, entre otras cosas porque hay un gobierno y un gabinete vigentes hasta el 28 de julio y no sería lo más aconsejable que hubiera un gabinete paralelo.
Es decir que, si hubiera un plazo, sería ese y no el que marque el ciego capricho de aquellos cuya visión del país, la economía y la política, ha sido derrotada en las urnas y que deben aceptar con madurez y civismo esa realidad, que corresponde a una voluntad ciudadana que no puede ni debe ser escamoteada.
Los integrantes de la Comisión de transferencia designados por el presidente electo han señalado también que es absolutamente atípico, insólito, que a menos de 24 horas de una elección, se le esté exigiendo al elegido que designe de una vez su gabinete y han recordado que el ganador de las elecciones toma las decisiones y lo hace en el momento que considera pertinente.
Uno de los cuadros técnicos de Gana Perú ha advertido también que cuando el presidente electo nombre a su elenco ministerial, no solamente lo hará teniendo en cuenta la tranquilidad de los inversionistas, sino la expectativa del pueblo que ha votado por él y por sus promesas de crecimiento para todos y lucha contra la pobreza y exclusión, compromisos que está decidido a honrar, según ha dicho en forma reiterada.
El expresidente Alejandro Toledo ha dado también una muestra de madurez y coherencia, al pedir que lo dejen en paz y dejen de presionarlo. Además, la Bolsa de Valores, que sufrió una caída en la que han tenido que ver aparentemente maniobras especulativas, se ha recuperado plenamente y la tranquilidad y la calma pedidas por el presidente electo de todos los peruanos van retornando para satisfacción general.
Sobre esos sobresaltos, la palabra del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva ha sido también atinada, pues al felicitar a nuestro presidente electo, su amigo, le ha dicho que no se preocupe, que cuando a él lo eligieron –también contra viento y marea y contra la hostilidad mediática y la guerra sucia- también hubo inquietudes económicas que se disiparon y que igual ocurrirá en el Perú.
Todo ello indica que son vanos los esfuerzos de los agoreros, los desesperados que no aceptan que el proceso electoral ha terminado y que han perdido, por enturbiar La Victoria ciudadana y entorpecer la labor del nuevo gobierno, desde antes de su instalación.
FUENTE: DIARIO LA PRIMERA
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