En un escenario caótico y de tantos miedos, ha servido de telón de fondo para la despedida del Gerente municipal Arq. Roberto Briceño, que sale por la puerta chica sin pena ni gloria. Con más pena que gloria, pues su labor casi ha pasado desapercibida por tantas inasistencias y tardanzas.
Su labor no fue más allá de la gestión de dinero para la laguna de oxidación y veredas en Villa Hermoza. Después ha sido patética su participación en el caso del ilegal lupanar Hatun Rose. Estaba en la mera calle. Desinformado. Desubicado.
Durante los ocho meses no hubo informe sobre la situación de la administración edilicia, faltó transparencia pues hasta a los regidores se les restringió la información. Los cambios de personal no han dado resultados pues ni siquiera la atención al público mejoró, más bien se ha llenado de personal contratado trabajando en la municipalidad.
Por eso suena a vacio los motivos que el mismo arquitecto Briceño ha hecho conocer para su salida del cargo. Nadie le cree eso de que sus labores en Chimbote le impiden continuar. Menos de que tiene otra alternativa laboral.
En todo caso , es una oportunidad para que el alcalde Lito Montalván cambie a todos sus funcionarios y tomé un segundo aire político para hacer una mejor labor. Pues hasta ahora es pésima. Definitivamente. Basta preguntar a la población. Su desaprobación supera el setenta por ciento por lo menos.
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